El nombre científico de esta planta de origen africano es Adansonia digitata, pero popularmente se conoce como el baobab o árbol del pan del mono. Estos árboles pueden llegar a medir hasta 25 metros de altura, sin embargo la circunferencia de su tronco puede superar los 40 metros.

El árbol de baobab tiene 8 especies conocidas, de ellas hay una en África, otra en Australia y las otras 6 en Madagascar. Este es uno de los motivos por el cual el baobab es el árbol nacional de Madagascar.

Este árbol tan peculiar solo tiene hojas 4 meses en el año, el resto del tiempo realiza la fotosíntesis a través de una fina capa de tejido celular que tiene en el tronco. Es la suculenta más grande que existe, pues en su tronco puede almacenar hasta 120.000 litros de agua.

Una característica muy peculiar de este árbol son las flores. El mismo florece por primera vez después de 20 años. Sus flores se abren al oscurecer y son polinizadas por los murciélagos y por algunos insectos nocturnos atraídos por el dulce y abundante néctar, de ahí que tengan un olor necrófago. Duran menos de 12 horas, pues al amanecer se cierran para nunca más abrir.

De este árbol se puede aprovechar casi todo. Con sus hojas se pueden hacer sopas, contienen gran cantidad de minerales y se utilizan además en la farmacología, para la fabricación de cremas e infusiones. Con la corteza se fabrica papel, y algunas tribus nativas hacen cuerdas con ella. Su fruto es un alimento exquisito, con el que se hace pasta y se elabora una bebida muy refrescante. También sus semillas se utilizan, pues tostadas, son un sustituto del café, y de las semillas frescas se extrae un aceite que se utiliza tanto para cocinar como para usos cosméticos, pues tiene la característica de hidratar y cicatrizar la piel.